Nuestra historia
Acerca
Tuxtla Gutiérrez ha surgido de las entrañas de la tierra para mostrarse vibrante, llena de vida y de sueños. Ha germinado para poco a poco irrumpir en el azul cielo de Chiapas para decirle al mundo: soy música, soy alegría, soy energía, soy color, soy TUXTLA; una tierra de contrastes. Desde El Jobo hasta el cerro que bordea al Cañón del Sumidero; desde la emblemática Pochota, hasta el Pumpushuti –o un poco más allá-.
En el Valle de Coyatóc se encuentran los cimientos de la Capital del Estado de Chiapas, Tuxtla Gutiérrez, y lo nombraron Coyatóc, del vocablo zoque que significa “casa de conejos” (Koya: conejo täjk: casa), también fue denominado Coyatocmó por otros habitantes de la región. Fue la etnia Zoque la primera en habitar tan fértiles tierras regadas por el Río Sabinal y otras afluentes de agua que ayudaron a hacer del valle un espacio de abundantes cosechas: maíz, frijol, calabaza y chile eran la base alimentaria de los Zoques.
La llegada de los españoles a Chiapas en el año de 1524 marcó el inicio de la colonización del estado. La conquista del Valle de Tuchtlán fue pacífica. Los españoles impusieron su lengua, religión, forma de gobierno, sus leyes, costumbres y tradiciones. Entre 1560-1561, derivado de la presencia hispana y la evangelización de la zona, se agregó el nombre del Santo Patrono de la ciudad, pasando a llamarse San Marcos Tuxtla, nombre que mantuvo hasta el año de 1848, cuando fue cambiado por decreto del Congreso del Estado a Tuxtla Gutiérrez en honor al héroe liberal chiapaneco Joaquín Miguel Gutiérrez (1796 – 1838), propulsor del periodismo chiapaneco.
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